Todos sabemos que el principal handicap que tienen los vehículos eléctricos es el elevado precio de los coches debido al alto coste de producción de sus baterías. Y por supuesto, los vehículos eléctricos no se pondrán de moda y serán una alternativa seria para la sociedad hasta que el precio de éstos caiga hasta el valor de un diésel similar. Es por ello que esta noticia es muy importante: el precio del kWh sigue cayendo y vamos por un 80% menos que hace 6 años.
Esta caída de los costes ha sido publicada en un artículo de la empresa McKinsey & Company, una prestigiosa empresa de consultoría de gestión. Obviamente, en un mundo capitalista como el nuestro, el interés de todos los grandes fabricantes es abaratar costes para obtener mayor beneficio a los productos que fabrican. No es ningún secreto y los coches eléctricos no serán una excepción. Aunque se pretenda evitar la contaminación, los fabricantes no viven a costa de salvar vidas, no son tan solidarios. Y tampoco van a estar dispuestos a dejar de ganar la misma cantidad de dinero que ya consiguen por cada vehículo térmico.
Pero, ¿cuando serán los precios de producción lo suficientemente competitivos para que exista realmente una tendencia de los grandes fabricantes hacia la movilidad sostenible?. Según el propio estudio, los vehículos eléctricos no tendrán un precio competitivo hasta llegados el 2025 o 2030. Esto es debido porque el coste de las baterías llegará a los 175 €/kWh para finales de esta década y llegará a los 94 €/kWh para 2030.
Por suerte, Tesla es uno de esos fabricantes que están siguiendo la tendencia y que están consiguiendo abaratar el precio del kWh. Sin lugar a dudas, es el fabricante que más carne en el asador está poniendo para conseguir dar al usuario vehículos eléctricos a precios competitivos. Empezaron con el Roadster (superdeportivo de alto precio que sirvió para financiar el Model S), para posteriormente pasar a la berlina de lujo, que junto con el Model X, están sirviendo de fuente de financiación para el futuro Model 3 del cual se tienen más de 400.000 reservas realizadas en todo el mundo. El objetivo, llegar a los 35.000 dólares que costará el prototipo más deseado de la marca. Y para llegar a tal meta, la gigafactoría es la pieza fundamental de este puzzle.
En este punto, el artículo de McKinsey es bastante conservador, hablando indirectamente del Model 3:
Dados los costos actuales del sistema y la capacidad de precios dentro de ciertos segmentos, las compañías que ofrecen EVs se enfrentan a la perspectiva a corto plazo de perder dinero con cada venta. Bajo una serie de escenarios para futuras reducciones de costes de la batería, los coches de segmentos C / D en los Estados Unidos podrían no alcanzar una verdadera paridad de precios con los vehículos de combustión, sin incentivos, hasta 2025 o 2030.
Tesla está haciendo grandes esfuerzos para disminuir ese coste de producción, con la posibilidad de alcanzar esos 94 €/kWh para 2020, es decir, rebajar la estimación del informe publicado en nada menos que 10 años. ¿Lo conseguirán?. Nosotros esperamos que sí, pero mientras tanto, no sería sorprendente ver a otros fabricantes de automóviles haciendo esfuerzos desmesurados para construir sus propias fábricas de baterías y así seguir los pasos del gigante americano con idea de alcanzar precios de producción similares.
Os dejamos el enlace al informe publicado (en inglés).