Tesla estaría hablando con otros fabricantes para liberar su red de cargadores

Una de las principales ventajas que tenemos al comprar un vehículo eléctrico de Tesla, es el soporte de puntos de recarga ultra rápidos que el fabricante instala en cada uno de los países donde inicia su actividad de venta de coches.

Un propietario de un vehículo de Tesla tiene la total tranquilidad que allá donde exista un Supercharger tendrá una toma de recarga para poder continuar su viaje. Y es en este punto donde el resto de fabricantes avanzan hacia un futuro incierto: comienzan desarrollando vehículos con autonomía capaz de realizar viajes interurbanos, véase el caso del Renault ZOE, pero no dispone de medios para poder realizarlos. De hecho es el talón de aquiles del futuro Opel Ampera-e. De nada vale que tengas una batería de 60 kWh si más allá de los 300 o 400 kilómetros no tienes nada para recargar. Y lógicamente recargar una batería en un punto de recarga lento, teniendo que esperar 10, 11 o 12 horas para poder continuar tu viaje no tiene ningún sentido.

Supercharger de Albacete

Y es esta la punta de la lanza de Tesla. Ofrecerte un vehículo con una buena autonomía y una infraestructura de recargas capaz de llevarte allá donde te plantees.

El actual CTO de Tesla, JB Straubel, en una conferencia sobre energías renovables en el estado de Wisconsin el pasado sábado, anunció que existen conversaciones con otros fabricantes para abrir su red de recarga rápida a éstos:

Para ciertos aspectos, como los Superchargers, estamos hablando activamente con otros fabricantes de automóviles y estamos tratando de encontrar la forma de trabajar con ellos.

La última vez que surgió la idea de compartir la red de cargadores del fabricante californiano con el resto, fue allá en Alemania allá por 2015, cuando Elon Musk confirmó que las conversaciones estaban sobre la mesa. Por aquel momento Musk sólo pedía que el resto de fabricantes contribuyeran con los costes de mantenimiento, expansión y otros gastos sobre toda la red. Algo que el resto de fabricantes no dio cabida y las negociaciones acabaron en saco roto.

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Realmente fue un acierto que esta negociación no llegara a buen puerto, ya que en Estados Unidos y Noruega existían supercargadores cuya infraestructura no era suficiente y ocasionaba largas colas para poder recargar los coches eléctricos de la marca. Si para colmo, en aquel entonces se hubiera abierto la red, la superpoblación de vehículos eléctricos hubiese sido un auténtico caos, resultando en una nefasta experiencia para los usuarios de vehículos eléctricos.

Pero con las últimas noticias de duplicar los puntos de carga, unido a la posibilidad de efectuar pago por uso en cada uno de los superchargers, vuelve a abrir la puerta a nuevos fabricantes para que puedan hacer uso de este sistema que sólo Tesla ha querido llevar a cabo.