Ya anunciábamos ayer la alta probabilidad de que Estados Unidos quisiera apearse del acuerdo medioambiental jamás firmado, donde se comprometieron casi 200 países del mundo entero. China, Estados Unidos, Europa, Japón y hasta Corea del Norte se habían comprometido.
Pero con la última presidencia del país de barras y estrellas alcanzada por Trump, el cambio climático de nuestro planeta no es una prioridad. De hecho para él es una falacia de China y las organizaciones medioambientales que tienen estudios científicos que lo ratifican. Según anunció ayer el presidente americano, su decisión fue en favor del pueblo americano. Un pueblo que claramente apoya el Acuerdo Internacional en un margen de 5 a favor por 1 en contra.
El Acuerdo Climático de París se alcanzó en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrado el pasado mes de noviembre de 2015. Fue catalogado de éxito histórico, puesto que era la primera vez que los principales países contaminantes se propusieron un objetivo claro: limitar el calentamiento global, tratando de dejarlo por debajo de los 2ºC. Sólo dos tres países se quedaron fuera del acuerdo: Nicaragua y Siria. El primero porque indicaba que el acuerdo no es lo suficientemente fuerte al no imponerse condiciones para llegar al resultado objetivo, el segundo porque estaba en medio de una guerra civil y no estaban las circunstancias para poder tratar estos temas. Ahora se sumaría Estados Unidos a esta lista irrisoria de países que están fuera del acuerdo.
Pero, ¿por qué se retracta ahora Estados Unidos?
Según su presidente, el acuerdo no es justo con su país porque el compromiso al que se quiere llegar afecta directamente a su industria y a su economía.
Ni que decir que esta decisión viene gracias a sobres en mano de parte de las petroleras, donde 22 senadores republicanos recibieron presuntamente hasta 10 millones de dólares, según The Guardian. Curioso también que durante el anuncio, Trump justificara también su decisión en base a un estudio realizado por la NERA Economic Consulting, el cual fue patrocinado por el Consejo Americano para la Formación de Capital y el Instituto de la Energia, que a su vez son grupos enfocados en la producción de petróleo. ¿Mano negra?. Nunca mejor dicho…
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Las consecuencias directas de la retirada de Estados Unidos de este acuerdo pueden ejercer un gran lastre a su economía, en contra de lo que piensa su presidente. Al retirarse de un pacto en el que el mundo entero se ha puesto de acuerdo, Estados Unidos se quedará lejos de ser una de las principales potencias económicas mundiales, donde es el segundo mayor exportador de petróleo a nivel mundial. Si Estados Unidos se niega a jugar en la misma liga que el resto de países, éstos podrán agregarles aranceles de importación a todos los bienes que provengan de tierras estadounidenses, tal y como Francia ha considerado recientemente. Y dado que el futuro es el de usar energía sostenible sin necesidad de importarla, esto afectará y mucho a los Estados Unidos de cara a un futuro a medio-largo plazo.
Am departing presidential councils. Climate change is real. Leaving Paris is not good for America or the world.
— Elon Musk (@elonmusk) June 1, 2017
Una decisión que ha recibido más 200.000 retweets y más de 420.000 ‘Me Gusta’. Apoyo unánime del los americanos al CEO de Tesla que no se ha visto solo en esta decisión. El propio CEO de Walt Disney ha seguido el mismo ejemplo.
As a matter of principle, I've resigned from the President's Council over the #ParisAgreement withdrawal.
— Robert Iger (@RobertIger) June 1, 2017
Pero hay más, el propio CEO de Apple, Tim Cook, envió un correo a sus trabajadores indicando que la empresa está en contra de la decisión de su presidente y que ellos seguirán comprometidos con el medio ambiente.
No solo empresas privadas han rechazado la decisión de Trump, gobernadores de California, Nueva York y otros estados han escrito cartas públicas (aquí y aquí) donde quieren iniciar un movimiento donde sean los propios estados los que deseen cumplir con el acuerdo de París, aunque el presidente de su nación lo haya rechazado.
Pocos meses han pasado desde las elecciones y ya Trump no es sólo el presidente electo con menos apoyo de la ciudadanía, sino también el primer presidente que más asesores han dimitido de su cargo.